2.3.21

Respecto del militarismo


No debería tratar este aspecto de maneira independiente, en tanto tiene más que ver con la parafernalia del gobierno, si no fuera porque aquellos que más vigorosamente se oponen a mis creencias, al representar en última instancia el poder, son los apologistas del militarismo.

De hecho, son los anarquistas los únicos verdaderos defensores de la paz, las únicas personas que claman para frenar la creciente tendencia del militarismo, que está transformando rapidamente este, tradicionalmente país de la libertad, en una potencia imperialista y despótica.

El espíritu militarista es el más despiadado, cruel y brutal que existe. Promociona una institución mediante la cual no necesita ni siquiera fingir una justificación. El soldado, como ha indicado Tolstoi, es un asesino de seres humanos. [...] Es una herramienta mecánica, de sangre fría, que obedece a sus superiores militares. Está predispuesto a rebanar una garganta o echar a pique un navío al dictado de sus oficiales, sin saber el porqué o, tal vez, sólo importándole cómo. Me confirma esta afirmación nada menos que una lumbrera militar como el general Funston. Cito el último artículo del New York Evening Post de 30 de junio, que trata el caso del soldado William Buwalda que ha provocado una conmoción a lo largo de todo el Noroeste. "La primera obligación de un oficial o un recluta", decía nuestro noble guerrero, "es una incuestionable obediencia y lealtad frente al gobierno al cual ha jurado fidelidad; no existe diferencias ya sea que él apruebe o no tal gobierno".

Cómo podemos armonizar el princípio de una "ciega obediencia" con el principio de "la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad"? El mortal poder del militarismo no ha quedado tan eficazmente demostrado hasta el momento como con la reciente condena por un consejo de guerra de William Buwalda, de San Francisco, Compañia A, Ingenieros, a 5 años en una prisión militar. Estamos ante un hombre que contaba con 15 años de servicios de manera continuada. "Su carácter y conducta eran intachables", nos dijo el general Funston quien, en consideración a ello, redujo la condena de Buwalda a 3 años.

De esta manera, un hombre fue expulsado inmediatamente del ejército, con deshonores, robándole la posibilidade de recibir una pensión y enviado a prisión. Cuál fue su crimen? Sólo oír en la Norteamérica de las libertades! William Buwalda acudió a una conferência pública, y tras la charla, estrechó la mano de la oradora. El general Funston, en su carta al Post, de la cual he hecho referencia anteriormente, afirmaba que la accción de Buwalda fue una "gran ofensa militar, infinitamente mayor que la deserción". En otras declaraciones públicas que realizó el general en Portland, Oregon, afirmó que "El delito de Buwalda fue muy serio, igual que la traición". 

Es cierto que la conferencia estaba organizada por los anarquistas. Si hubieran convocado el acto los socialistas, nos comentaba el general Funston, no hubiera existido objeción alguna a la presencia de Buwalda. De hecho, el general decía, "No tendría ni la más mínima duda en asistir a una conferencia socialista". Pero, puede existir algo más "desleal" que asistir a una conferencia anarquista con Emma Goldman como oradora?

Por este terrible dlito, un hombre, un ciudadano de origen norteamericano, que había dado a este país los mejores 15 años de sua vida, y cuyo carácter y conducta durante este tiempo había sido intachable, actualmente languidece en prisión, con deshonor y hurtado su modo de vida.

Puede haber algo más destructivo para el verdadero genio de la liberdad que el espíritu que hizo posible la condena de Buwalda, el espíritu de la ciega obediencia? Es por esto por lo que los norteamericanos han sacrificado en los últimos años 400 millones de dólares y su vitalidad?

Creo que el militarismo, una armada y ejército permanente en cualquier país, es indicativo de la pérdida de la libertad y de la destrucción de todo lo mejor y lo más puro de la nación. El clamor creciente a favor de más navíos de guerra y el aumento del ejército bajo la excusa de que nos garantizará la paz es tan absurdo como el argumento de que el hombre más pacífico es aquel que está perfectamente armado.

La misma carencia de consistencia es mostrada por esos defensores de la paz que se oponen al anarquismo, ya que supuestamente potencia la violencia, mientras ellos mismos está encantados con la posibilidad de que la nación estadounidense esté pronto preparada para arrojar bombas sobre indefesos enemigos por medio de máquina voladoras.

Creo que el militarismo cesará cuando los amantes de la libertad a lo largo del mundo digan a sus amos: "Vayan y asesinem ustedes mismos. Nos hemos sacrificado nosotros y nuestros seres queridos ya lo suficiente luchando en sus batallas. A cambio, ustedes nos han parasitado y robado en tiempos de paz y nos han tratado brutalmente en tiempos de guerra. Nos han separado de nuestros hermanos y han convertido en un matadero el mundo. No, no seguiremos asesinando o luchando por un país que ustedes nos han robado".

Creo, con todo mi corazón, que la fraternidad humana y la solidaridad despejarán el horizonte frente a esta sangrienta carreta de guerra y destrucción.

Emma Goldman
Trad.: Alexis R. Mendonza